A fin de cuentas, él es el DJ, la persona más poderosa de la partida. En él comienza y acaba todo, es él quien maneja los hilos de un complejo mundo que ha creado durante largas horas de trabajo. Ha construido una epopeya sin parangón para goce y disfrute de sus jugadores. No se trata sólo de pasarlo bien, es su mundo, es su historia, y ¡caray!, merece un respeto. Sin embargo, parece que los taimados jugadores sólo conspiran contra él. En su interior, el DJ, lejos de regocijarse, se llena de ira: «¡Mentecatos!», nunca había utilizado esa palabra, pero su condición de DJ obliga, «¡lleváis media hora en la misma habitación! ¡Empujad la estúpida piedra de una vez!»
No, no soy un DJ experimentado ni he jugado mucho a juegos de rol. Pero desde mi interés hacia el diseño de juegos me apetecía dar una serie de consejos tanto a DJs como a jugadores. Si son acertados o no, mejor que los juzguéis vosotros mismos. Si algún DJ de verdad quiere discutirlos, estaré encantado de escucharlo y aprender. Los comentarios están a disposición de todo aquel que quiera enriquecer este artículo. En fin, tras este pequeño disclaimer, empecemos.
¿Hay alguna regla de oro que dé lugar a una buena partida de rol? Pues no lo sé, pero yo creo que ésta podría ser una buena candidata: El DJ juega con los jugadores. Los jugadores no juegan contra el DJ. Es responsabilidad del DJ crear una experiencia divertida. Jugar al rol va de eso, de jugar. Y jugar consiste en pasarlo bien, a fin de cuentas. El DJ tiene la misión más importante de todas (y la más difícil), que los jugadores se lo pasen bien. Por eso, el DJ se sirve de muchas herramientas: las reglas, los mapas, las figuras, los dados, la historia y el mundo que ha creado. El DJ dirige el juego, no dirige a los jugadores. Los jugadores caminan por un mundo desconocido esperando lo mejor del DJ. Éste crea obstáculos difíciles pero no insalvables, que sean a la vez desafiantes y divertidos.
Cuando la partida está en marcha, los jugadores viajan por un mundo imaginario que está vivo y funcionando. Los jugadores son el elemento disruptor de dicho mundo, esperan serlo. Quizás, la mejor manera de verlo es la siguiente: los jugadores se mueven activando diferentes eventos que el DJ tiene preparado en su mundo. Tras cada evento, los jugadores habrán cambiado el mundo de una manera perceptible. No se trata sólo de ganar puntos de experiencia, se trata de mostrar a los jugadores que sus acciones tienen una consecuencia visible acorde a lo que han hecho. Esto es, si han salvado a un pueblo de un malvado troll, cuando vuelvan serán recibidos como héroes. En cambio, si han robado en casa de un importante noble, entonces habrá carteles de «se busca» con sus caras a lo largo de todo el condado.
Tenemos un buen mundo, tenemos un buen DJ. ¿Qué puede fallar? Los jugadores. Una buena partida de rol es también responsabilidad de los jugadores. Éstos deben reconocer el mérito del DJ al construir una fantasía épica para ellos, integrando sus personajes como buenamente puedan dentro del mundo. Rol es interpretación, así que los jugadores deben saber interpretar a sus personajes. No se trata de ser teatrales, se trata de actuar tal como lo harían sus personajes, con la información que deberían conocer sus personajes. De esta forma, los jugadores podrán jugar sin tener que dejar la mesa de juego cada vez que sus personajes se separen, y la experiencia de juego se vuelve más completa.
Por último, jugar a rol es llegar a un acuerdo tácito entre todos los jugadores, incluyendo el DJ. Por tanto, deben respetarse las reglas y la ética de juego debe regir el comportamiento de los jugadores, tanto dentro como fuera del círculo mágico. La relación DJ-jugadores es especial. No se trata de una relación de vasallaje, si no de una relación de respeto. El DJ actúa como director y árbitro, y sus decisiones deben ser respetadas. Esto tiene sus contrapartidas: el poder del DJ es grande, y con ello, su responsabilidad todavía lo es más.
Se pueden dar más consejos, pero creo que la base anda más o menos por aquí. Ser DJ no es una tarea fácil, exige mucho esfuerzo, paciencia y una gran capacidad de improvisación. Pero cuando has sido DJ y ves a tus jugadores recordando con cariño una partida de rol que les preparaste hace años, es entonces cuando sientes que todo el trabajo ha valido la pena. Y eso es bonito :)
EDITO: Cambios menores.
EDITO: Faltaba un artículo en el séptimo párrafo.
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