Sí, lo sé, me he retrasado y mucho. En fin, a continuación algunos breves comentarios sobre los números de agosto y septiembre de la edición española de
Edge. Como extra, le echo un vistazo al primer número de
NGamer, que salió en España el mes pasado.

De nuevo, un
shooter vuelve a ser protagonista de una portada de
Edge. Todo un síntoma de un género en alza desde que empezó la actual generación de consolas. Pero no es
Halo todo lo que reluce, y la revista dedica sus primeras páginas al último E3, la antaño feria por excelencia del videojuego, hoy venida a menos.
Si tenemos en cuenta que las novedades más importantes en cuanto a
hardware fueron el
Scene-it de Microsoft —aunque el calificativo de novedad a unos mandos que son una copia evidente de los de
Buzz! le queda demasiado grande— y la báscula
Wii Balance Board, lo último de Nintendo para ponernos en forma, podemos entender que ante tal panorama más de un
hardcore estuviera tirándose de los pelos.
En cuanto a títulos futuribles,
Little Big Planet sigue llamando la atención
allá donde va,
Pixeljunk Racers muestra
un aspecto más que prometedor,
Echochrome rompe cualquier norma preconcebida sobre el espacio 3D, habrá un
Civilization en cada consola y
Wii contará con
su correspondiente Mario Kart (con su propio volante-accesorio incluído).
Sobre los reportajes de este número, sé que el de
Halo adquiere especial relevancia debido a la salida cercana (por aquel entonces) tercera entrega de la saga, pero yo me he fijado más en el reportaje dedicado al
machimina. Como parte de la cultura de los videojuegos, el
machimina es en sí una forma de arte accesible a cualquiera con un poco de inspiración y mucha paciencia (a diferencia de la animación tradicional, que exige un mayor grado de trabajo y conocimientos).

Pasemos rápidamente al número 18, con una portada fantástica dedicada a
Super Mario Galaxy. Fantástica, como casi siempre, la de la edición inglesa, porque la publicada en España está excesivamente sobrecargada, con letras arriba, abajo y a ambos lados del bigotudo saltarín.
Por lo demás, el número de septiembre no ha sido especialmente salientable, a excepción de los reportajes de las páginas interiores. El dedicado a la última aventura de Mario no lo he leído; ya sé lo suficiente para tenerlo en el punto de mira —¿cuándo podré tener una
Wii?— y no necesito saber más.
A toda pastilla hace un repaso de las
speedruns, es decir, vídeos en los que se termina un juego en el menor tiempo posible. La página web
Speed Demos Archive reúne las mejores, y es un sitio que recomiendo visitar al que tenga algo de tiempo. Personalmente, soy partidario de las
speedruns que no utilizan ninguna herramienta externa para acceder a
bugs o realizar acciones que serían imposibles de otra manera. Por otra parte, me resulta curioso que la mayor parte de
speedruns pertenezcan a juegos bastante antiguos.
Para terminar de hablar de
Edge,
David Doak ha pasado ha formar parte de la plantilla de columnistas de la revista, en sustitución de
Tim Guest. No me ha gustado nada su artículo, pero le daré una nueva oportunidad este mes.
Jeff Minter sigue aprovechando su espacio para hablar (una vez más) de
su juego. Menos mal que aún nos queda
Mr Biffo.

Ahora voy a hablar un poco de
NGamer, la nueva revista «independiente» centrada en Nintendo. El panorama kiosquero de revistas de videojuegos necesitaba desesperadamente una revista que satisficiera a los nintenderos más convencidos, algo que estuviese por encima de la infantil
Nintendo Acción (¿o Pokémon Acción?). Para ellos,
NGamer está hecha a la medida, lo más nintendero que te puedas echar a la cabeza sin perder la dignidad.
La revista plantea un diseño juvenil, salpicado de fotos de gran tamaño y muy poco texto. Está claro que no está orientada al mismo público objetivo que
Edge, a pesar de ser las dos de la misma editorial. Los análisis están firmados y las notas van de 0 a 100, con apartados específicos para gráficos, sonido, jugabilidad e innovación.
A destacar el artículo
Nintendo te saca los colores, que realiza una pequeña crítica al estado actual de la industria del videojuego. Me gustó tanto uno de los comentarios que lo colgaré aquí, aunque tenga que abusar un poco de mi derecho a cita (espero que no me demanden):
«[...] el juego tipo en el año 2007 es tan simplón, marrón y aburrido a la vista porque la industria, no lo olvidemos, se encuentra todavía en su infancia. Como un adolescente protestón, es muy presumida y arruga la nariz ante cualquier cosa que se parezca de lejos a "cosas de niños" porque está preocupada por cómo la verán los niños mayores.»
NGamer tiene la virtud de dedicar al menos un par de páginas en exclusiva al resto de la industria (a aquello que no es Nintendo). No es mucho, pero es un detalle que se agradece. Con todo, el análisis en este número me ha parecido lo más acertado y objetivo de toda la revista, lejos del espíritu «guay» presente en el resto de sus páginas —afortunadamente para los sufridos aficionados a la gran N, no es el espíritu «chuli» de
Nintendo Acción.
Y bueno, poco más que contar de
NGamer. Dudo que vuelva a comprar otro número (salvo en algún caso puntual) pero creo que esta revista podría tener éxito entre todos los jóvenes nintenderos desencantados con las publicaciones dedicadas a la compañía japonesa que salían hasta la fecha en nuestro país, y
triunfar allí donde Edge ha fracasado.
Por último, no debo olvidar el detalle de que Globus va a sacar un especial llamado
Los 100 mejores videojuegos. A la espera quedo de más noticias sobre este especial de casi 9 €, que imagino que estará aquí para Navidad.
~ Addendum ~
Para los que me leéis por el
feed, he cambiado el diseño del
blog. He escogido una plantilla sencilla y limpia que se adapta al tamaño de la pantalla, con todo lo bueno y malo que eso implica. No es verde (mi color favorito), pero no está mal. Si tenéis algún comentario al respecto, no dudéis en ponerlo :)