Edge nº6

Bonita portada la que se han marcado los de Edge para este número 6. Está dedicada a LucasArts, compañía de la cual la revista nos ofrece un curioso reportaje, haciendo un repaso rápido a su historia y cómo pretende renacer de sus cenizas. Me ha gustado el interés que tienen en LucasArts por seguir siendo una compañía «pequeña» (al menos, todo lo pequeña que pueda ser una compañía que tenga a George Lucas detrás).

En cuanto al resto de reportajes, hay uno dedicado a las «chicas en los videojuegos», que no me ha gustado especialmente. Por contra, el reportaje sobre los estudios desarrolladores en Francia sí que me ha parecido muy bueno; no conocía la expresión «toque francés», apelativo que recibían muchos juegos desarrollados en el país de los quesos que estaban a la vanguardia de la tecnología, pero que jugablemente eran deplorables.

La redacción española ha realizado una entrevista a James Armstrong, consejero delegado de Sony en España, donde se habla obviamente tanto de PSP como de PS3. Quizás para no levantar suspicacias se adjunta al final un recuadro donde se anuncian también futuras entrevistas a responsables nacionales de Microsoft y Nintendo. Resulta irónico ver cómo Armstrong habla de que, para el lanzamiento en noviembre, tendremos aquí (o en Europa, no queda claro) unas 100.000 unidades y, a continuación, pasar página y ver en otro recuadro adjunto el siguiente texto:

A cierre de este número de la revista, Sony anunció el aplazamiento de la Playstation 3 en Europa (territorio PAL) a marzo de 2007, cinco meses después de la última fecha indicada —17 de noviembre—. La razón que aporta la compañía es el retraso en la producción de blu-ray. En Japón el lanzamiento será el 11 de noviembre y en Norte América el 17 del mismo mes.

En fin... La sección Creadores está dedicada al estudio español Digital Legends (¡ey, Nacho, no sales en la foto! :P). Por último, la sección de cartas sigue con su reducido tamaño, aunque esta vez abundan las cartas con alabanzas hacia la revista y en defensa de las críticas aparecidas en los números anteriores. Bueno, parece que ya no hace falta que yo les mande una carta para animarles :).

De privacidad va la cosa

Aprovecho que Topopardo ha hablado del tema, aunque sea un poco de lado, para tratar aquí un tema al que ya le he dado vueltas hace tiempo. Cuando el «adalid del software libre» (sin acritud :D) dice en su artículo que:

¿Es google un peligro para la privacidad? Obviamente. ¿Alguien cree que en, digamos, 10 años, va a quedarnos la más mínima privacidad en la red? En absoluto. Nos la han quitado en la calle, en los lugares públicos e incluso en nuestras casas. En ciertos países los gobiernos han reclamado información a Google o han bloqueado ciertas búsquedas. ¿Se puede hacer algo al respecto? Ojalá. Ojalá se pudiera.

Me temo que, sin lugar a dudas, tiene prácticamente toda la razón. Pero no se trata sólo de Google, la lista de culpables de que los usuarios estemos perdiendo nuestra privacidad (consciente o inconscientemente) incluye también a del.icio.us, Bloglines, los blogs, los foros, ¿la web 2.0?, etc.

Bueno, y ¿qué es la privacidad? La Wikipedia sale al rescate:

La privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida personal de un individuo que se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse confidencial. El desarrollo de la Sociedad de la Información y la expansión de la Informática y de las Telecomunicaciones plantea nuevas amenazas que han de ser afrontadas desde diversos puntos de vista: social, cultural, legal,...

¡Atentos ya al primer párrafo del artículo! Volvemos a ver la privacidad en peligro. Desde luego, se trata de un tema con la suficiente relevancia como para que al menos paremos a pensar sobre él unos minutos. Por ahí adelante hay artículos mucho mejores que tratan mejor este tema (véase la Wikipedia para más referencias), lo que desde aquí puedo ofrecer es más una experiencia/reflexión personal.

Creo que empecé a preocuparme un poco más seriamente de la privacidad cuando me puse a trastear en del.icio.us, el famoso gestor social de marcadores. En general, uso del.icio.us para apuntar no sólo aquellos enlaces que me interesan a mí, sino que también pueden ser interesantes para la comunidad de del.icio.us. Al rato de investigar los enlaces que habían almacenado otros usuarios, me di cuenta de que más o menos podía hacerme una idea de cuáles eran sus gustos, sus intereses, etc. Del.icio.us, que hasta el momento me había parecido tan sólo una herramienta útil pero inocente —y, por cierto, un interesante motor de búsqueda, se convirtió en un agujero para mi privacidad.

Coged y mirad ahora los enlaces públicos que tengo en del.icio.us pinchando aquí. No hace falta ser demasiado observador para ver que tengo interés en mejorar mi habilidad con el Photoshop, estoy interesado en los videojuegos, me gusta Mundodisco, las ilusiones ópticas, los artículos de Pérez-Reverte, siento curiosidad por las teorías conspiratorias, etc. Ciertamente, ahora soy más cauto a la hora de colocar un enlace en del.icio.us.

Pasemos a otro servicio web: para consultar los feeds de los sitios a los que me he sindicado, utilizo Bloglines. Para quien no conozca Bloglines, se trata de un servicio que me avisa si otros blogs o páginas han colgado contenido nuevo, sin que yo tenga que visitarlas una por una. Mirad mi perfil público en Bloglines pinchando aquí. Podéis ver los blogs y sitios a los que me he suscrito, y observar que mis intereses van desde la ciencia y blogs variados hasta los videojuegos, en especial lo relacionado con el desarrollo de los mismos. Una vez más, cualquiera puede hacerse una idea de qué persona hay ahí detrás de tanto feed.

Ah, y si habéis sido observadores, habréis visto que utilizo como nombres de usuario Auron y Garthof. Éste último es bastante único (vamos, hasta ahora no he encontrado ningún otro Garthof por ahí), ¿qué os impide ahora bucear en diversos foros de Internet, recoger todos los mensajes que dejo con ese nick y conocer mis opiniones sobre un determinado tema? Al utilizar un nick tan único para escribir mis opiniones en los foros, he dejado la puerta abierta a que los demás puedan identificarme con facilidad.

Por supuesto, también está este mi blog, de carácter prácticamente personal. Cuando lo creé, ya sabía que obviamente iba a tener que ceder parte de mi privacidad, pero que por otra parte eso me serviría para escribir lo que a mí me gustaría leer (básicamente, lo que hacen casi todos los blogs) y, puede, que también le guste a alguien más :).

Conscientemente, os he mostrado varios sitios donde podéis conocer más cosas sobre mí, y casi parece como si hubiese tirado piedras sobre mi propio tejado. El tema no está en que vosotros, estimados lectores, curioseéis con mayor o menor interés en las cosas que voy dejando por ahí; está en que cualquiera puede hacerlo: gente malintencionada o empresas privadas.

Y no se trata sólo de mi perfil público. Utilizo Gmail y Yahoo! Mail como gestores de correo web. A pesar de las supuestas garantías de privacidad que me ofrecen, en sus manos está todo el correo privado que he recibido desde hace mucho tiempo. Y así, millones de usuarios confían su privacidad (sus correos, sus datos personales, sus números de tarjeta de crédito) a cientos de empresas con oscuros intereses económicos; y nadie nos asegura que el día de mañana no venderán nuestros datos al mejor postor (si no lo han hecho ya...)

Sin embargo, no soy tan pesimista como Topopardo, y espero que no llegue el día en que la privacida
d sea un tesoro que debamos guardar como oro en paño, o pagar para no perderla. Creo que aún puedo mantener cierta privacidad en casa, mientras sigo atento a cualquier decisión que tomen los gobiernos del mundo que nos acerque a 1984. Y con la máxima en mente de que «nada de lo que hago en la red es completamente privado», seguiré navegando por Internet intentando mantener el frágil barco de la privacidad a flote, esquivando las cada día más grandes corrientes que lo arrastran hacia la profundidad las fosas oceánicas de la tiranía pues considero que mi privacidad es fundamento de mi libertad.

Y el día que la libertad se termine en la red, es probable que desconecte el ordenador del router y me retire a un monte a vivir como programador ermitaño. Buscadme allí si queréis.






Imagen de San Pablo, el ermitaño.

Edge nº5

Y ya van cinco. Debo decir algo, cuando Edge se publicó en España, pensé que no llegaría más allá de este número. La verdad, no esperaba que tuviera mucho éxito y que acabaría desapareciendo al igual que Última Generación, TheGame.Mag y otras tantas...

Francamente, no sé si el mes que viene tendremos el número 6 ó no, pero hay un par de cosas que no apuntan demasiado bien:

  • Me ha tardado mucho en llegar. En la tienda donde había comprado el número 4 no les había llegado, y tuvieron que pedirla a la editorial. Al parecer, habían repartido pocos números.
  • Este número (y el anterior también) tienen menos páginas que los anteriores.
Todo esto puede estar justificado en que el número se ha publicado en verano y, bueno, hay menos ganas de trabajar. Espero que el número de septiembre venga con renovadas fuerzas.

En cuanto al número que nos ocupa, no me ha parecido especialmente brillante. A destacar el reportaje sobre Crash Bandicoot y el análisis retro a Alpha Centauri. El artículo sobre propiedad intelectual prometía ser interesante, pero francamente, no lo he entendido :S.

Me ha preocupado que la sección de cartas de los lectores ha sufrido un recorte drástico. Esta sección es una de mis favoritas en cualquier revista, y tres páginas no me parecen suficientes. En esta ocasión, no han puesto cartas de los lectores de la Edge inglesa, que yo creo que no hacían daño.

¿Habrá número 6? Espero que sí, aunque sólo sea por llevarme la contraria :P.