Edge nº8

Llegas a tu kiosko habitual con la mirada anodina, pensando a ver qué traerá la Edge de este mes. El kioskero tenía la revista ya guardada para ti; y cuando ves que en la portada aparece un viejo escudo, gastado, curtido en cientos de batallas, con sencillos relieves y con la marca de los tres triángulos dorados labrada en su centro, no puedes evitar sonreír, y en tu mente vuelve a sonar aquella preciosa melodía...

Esta pequeña entrada, épica y a la vez ficticia, me sirve para presentar el número de noviembre de la revista Edge, con portada dedicada a una saga que es prácticamente en sí una leyenda en los videojuegos, La leyenda de Zelda. Quizás ésta sea la portada más bonita de todos los números de Edge publicados en España. Comento ahora algunos de los reportajes que más me han llamado la atención de la revista.

Empiezo con el del Tokio Game Show, que justamente en su décimo aniversario pasa por horas bajas. Condensar en dos páginas todo lo ocurrido durante el evento puede parecer quizás prepotente. Que nadie se lleve a engaño: lo es :P De todas formas, el artículo está muy bien y me ha hecho reír un poco, sobre todo por la forma de meterse con Sony. Al hilo del anuncio de la base de datos que Sony pretende crear donde se recogerán y se dará acceso a contenidos generados por los usuarios y desarrolladores para evitar posibles atascos en la industria actual (juegos, farmacéuticas, etc), comenta:

Fue frustrante que hubiera pocas referencias a la inminente aparición de PS3 [...]. Los que estaban siguiendo el discurso reaccionaron con risitas, miradas, cejas levantadas y también había quien pensaba, sin duda, que si Sony es capaz de resolver crisis monumentales como estas con tanta habilidad, debería olvidarse de los juegos y ponerse a buscar una cura para el cáncer.

Y, minutos más tarde, llegó. En agosto ya se anunció que Sony invertiría en el proyecto Folding@Home de la Universidad de Standford, que aprovecha los tiempos muertos de la CPU de ordenadores voluntarios para trabajar en la estimulación intensiva de desarrollo de proteínas.


Me alegra saber que el género de aventuras gráficas aún no está muerto del todo, en parte gracias a Jensen (creadora de Gabriel Knight) que comenta en una entrevista que está preparando un nuevo juego basado en la mecánica de point-and-click llamado Gray Matter. A mí los juegos de terror psicológico no me van mucho, pero tienen su nicho de mercado. De todas maneras, la Nintendo DS también parece un buen para desarrollar una aventura gráfica, a ver si los desarrolladores se animan.

Pasemos ya a hablar del corazón de la revista, los reportajes. Cómo no, el de este mes dedicado a la saga Zelda. Buenísimo el reportaje, hace un repaso bastante completo a todos los títulos publicados, que han encandilado a varias generaciones de jugones. El artículo termina con un breve análisis de las primeras horas de juego de Zelda: Twilight Princess, que no he leído para que el día que lo tenga pueda disfrutarlo al completo en todo su esplendor.

Más adelante aparece un reportaje de Wii, tratando algunos aspectos de esta consola. Me ha parecido encontrar algún que otro error técnico en lo referente a la barra sensora. Que a mí me conste, la barra sensora tiene de sensora sólo el nombre, pues en realidad no es más que un trozo de plástico con cuatro leds (dos en cada extremo) que emiten en infrarrojo, y se utiliza para que el usuario pueda apuntar con el mando a la pantalla.

En cuanto a análisis, este número habla sobre Okami, juego sobresaliente por el que se ha montado una plataforma para que venga traducido al español. El que sí no ha salido muy bien parado en su última aventura ha sido George Stobbart, protagonista de un Broken Sword que ya no es lo que era:

Los puzles, los enigmas tienen soluciones extrañas e impredecibles. Cecil acaba perdido y ofrece un resultado basado en ensayo y error. Peor aún, algunos sólo se resuelven si tiene lugar una estricta secuencia de acciones y diálogos.


Para quien no lo conozca, Charles Cecil es el director de esta emblemática saga. Ey, ¿no era eso de lo que se quejaba Ron Gilbert, creador de Monkey Island, cuando nos explicaba porque las aventuras gráficas apestan?

Llegamos al Fórum, o lo que es lo mismo, la sección de cartas de los lectores, y comprobamos que siguen las críticas a la revista. El lector de Edge es exigente, y hay alguna carta que está realmente bien. Que Edge continue.

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